¿Sabes cuáles son las ventajas de los autobuses eléctricos? Cada vez más ciudades de todo el mundo confían en este tipo de vehículos eléctricos en una clara apuesta por la movilidad sostenible, de cero emisiones. Conscientes de que las grandes ciudades deben bajar su nivel de polución y, además, con la necesidad de renovar la flota del sistema de transporte público, son muchas las concesionarias de transporte público en zonas urbanas y metropolitanas, tanto público como privado, que están apostando y confiando en los buses eléctricos.
Con una irrupción cada vez más notoria en nuestras ciudades, los buses eléctricos son una estampa ya habitual en decenas de municipios del país. Llegados a este punto, ¿cuáles son todas sus ventajas? Te ofrecemos seis de ellas. ¡Toma nota y no te pierdas ningún detalle!
Una de las principales preocupaciones que transmiten parte de los habitantes de las ciudades a los ayuntamientos es que los vehículos de transporte público (y de otros servicios) hacen bastante ruido. Los modelos más recientes de buses eléctricos son silenciosos, por lo que los vecinos que vivan junto a las paradas de bus no sufren el ruido del arranque y frenazo de los vehículos. También, como es lógico, la reducción de la contaminación acústica beneficia a los trabajadores de la flota de bus urbano y a los propios pasajeros.
De igual forma, son autobuses que tienen menos vibración, algo que agradecen especialmente los conductores, que pasan su jornada laboral en el interior de los vehículos. La comodidad es máxima en el caso de los viajeros, sobre todo para distancias cortas y medias, que son las que se realizan en estos buses en ámbitos urbanos y metropolitanos.
Otro de los aspectos positivos que los autobuses eléctricos ofrecen es que los costes de mantenimiento son reducidos. Esto es posible al no necesitar aceite para el motor eléctrico ni refrigerantes. Únicamente necesitan inspecciones rutinarias, por lo que el ahorro de dinero para las administraciones públicas y empresas privadas es considerable.
Hay que tener en cuenta que muchas administraciones otorgan ayudas públicas. Incluso muchos de estos buses se han comprado gracias a la llegada de fondos europeos, por lo que el beneficio en este punto es doble al gastar menos dinero posterior a la compra del autobús en reparaciones, y también al ofrecer un servicio más fiable.
Todos los modelos de buses eléctricos incorporan importantes novedades en el diseño, especialmente, en su interior. Cada bus fabricado se puede adaptar a las necesidades de la ciudad, sobre todo en lo que al espacio se refiere, con asientos de lado o con más espacio para carritos de bebé.
El incremento de viajeros que van de pie es notorio con el objetivo de aprovechar al máximo el número de personas por cada trayecto. Mientras, las puertas están pensadas para agilizar el flujo de viajeros. Por ejemplo, con tres puertas de bajada y una de subida, o con sistemas de apertura hacia la calle para ganar, igualmente, más espacio junto a las puertas.
En la mayoría de las ciudades, la energía procede de fuentes completamente renovables. Así se evita que se contamine donde se produce la electricidad, aunque sea a varios kilómetros de distancia donde los buses presten servicio. Las cocheras quedan conectadas con la infraestructura renovable mediante líneas de alta tensión, e incluso se instalan soportes en las paradas de autobús para recargar en pocos segundos los vehículos.
En otros casos, se aprovecha la frenada de los vehículos para generar electricidad. Esta es una de las ventajas de los autobuses eléctricos más interesantes, ya que promueve el uso de energías limpias y la sostenibilidad en los medios de transporte públicos.
En muchas ciudades, la contaminación atmosférica es un grave problema. Por esta razón, se impulsan medidas para hacer que la contaminación se reduzca, y así conseguir un aire más limpio. La adquisición de este tipo de vehículos es vital para cumplir los objetivos. De hecho, existen grandes capitales españolas, como Zaragoza, que gracias a la adquisición de buses eléctricos será climáticamente neutra en 2030.
La llegada de estos vehículos viene acompañada, en muchos casos, de infraestructuras de energía renovable. Las cocheras de los autobuses se adaptan a la llegada de los modelos eléctricos con pantógrafos, e incluso en algunos casos se instalan paneles fotovoltaicos. Estos suministran electricidad a los vehículos, como es el caso de la estación de Granada.
Las ciudades están en una clara transformación de sus flotas de vehículos, apostando por modelos de autobuses eléctricos cada vez más eficientes. En la carrera por tratar de respetar al máximo el medioambiente, para mitigar los efectos del cambio climático, los vehículos de este tipo tienen una gran responsabilidad en las localidades españolas y cumplen con la Ley de Movilidad Sostenible de 2023.