A estas alturas nadie discute las ventajas del coche eléctrico, sobre todo, si se vive en una gran ciudad.
Además, los números no engañan. Durante 2016, se matricularon en España cerca de 5.000 unidades de vehículos eléctricos, lo que supone un incremento del 51 % respecto a la temporada anterior. Lo mejor de todo es que esta tendencia sigue en una dinámica creciente en 2017 gracias, entre otros motivos, a las suculentas ofertas que proponen todos los fabricantes.
Decimos entre otros motivos porque, por supuesto, las promociones de las marcas son las únicas ventajas que presenta el hecho de ser propietario de un vehículo eléctrico. Estamos hablando de un sector que ha evolucionado mucho, sobre todo, en grandes ciudades, como Madrid; y, a día de hoy, su uso está mucho más acondicionado que en sus primeros meses de existencia.
La característica principal del coche eléctrico es que no necesita combustible, sino que transforma la electricidad en energía. Esto supone que el vehículo no emita gases nocivos y su conducción suponga un mayor respeto al medio ambiente.
Un medio ambiente que, según en qué lugares, puede estar demasiado perjudicado e, incluso, se pueden haber impuesto unas medidas restrictivas, que supongan que ciertos vehículos no puedan circular en momentos puntuales por algunas zonas. Para estos casos, un vehículo eléctrico jamás puede sufrir la prohibición de circular.
Otra gran ventaja que presentan los coches eléctricos es que sus motores apenas hacen ruido, por lo que no solamente no estarás contaminando el medio ambiente, sino que también estarás aportando tu granito de arena para que la vida de los tímpanos de tus vecinos sea más duradera.
Un motor eléctrico y otro de combustión interna de potencias similares no solamente tienen un precio muy dispar, sino que, además, el primero requiere una cantidad menor de complementos y es más fiables; por lo que, aparte de más baratos, los motores eléctricos son más rentables, económicamente hablando.
Además, un hipotético fallo en un motor de combustión interna puede hacer que no vuelva a funcionar; mientras que un motor eléctrico, al carecer de la mayoría de componentes, cuenta con un mantenimiento mucho más fácil.
Un coche eléctrico no necesita marchas. El conductor solamente se ha de preocupar de acelerar y frenar, ya que solo tiene una marcha continua. ¿Y la marcha atrás? A través de un simple mecanismo, el coche diferenciará cuándo el conductor quiere dar marcha atrás.
Al carecer de caja de cambios, el habitáculo donde está el motor eléctrico puede ser más pequeño (o, incluso, descentralizarse y estar ubicado en otra parte del vehículo).
De hecho, en algunos casos puntuales, el coche no tiene morro; aunque, en la mayoría de los casos, por cuestiones estéticas, sí que lo presenta.
Esto supone que el vehículo sea más compacto y necesite un espacio menor o el espacio de más que ocupa un motor tradicional sea destinado a la comodidad de los pasajeros del vehículo.
Para una ciudad como Madrid, con una cantidad de tráfico muy elevada, disponer de un vehículo que necesita menos espacio para ser aparcado es un auténtico placer.
¿Qué queremos decir con esto? Qué el coche necesita menos energía para realizar el mismo esfuerzo que un motor de combustión interna. Esto se traduce en un ahorro para tu bolsillo, empezando por el hecho de que, además, la gasolina sigue siendo más cara que la electricidad.
Obviamente, si adquieres un coche eléctrico, lo haces con la intención de darle una vida útil de varios años. El uso de un coche eléctrico te permite ahorrar en torno a cuatro mil euros en un periodo de diez años.
En algunas provincias, como Madrid, los vehículos eléctricos están exentos de pagar el Impuesto de Matriculación y, además, tienen una bonificación del 75 % en el pago del Impuesto de Tracción Mecánica o Impuesto de Circulación.
En Madrid, los conductores de coches eléctricos pueden aparcar de forma totalmente gratuita en zonas de servicio de estacionamiento regulado (SER) y sin ningún tipo de limitación horaria, simplemente, presentando la autorización Cero Emisiones.
Siempre y cuando no viaje con acompañantes y tenga el distintivo de cero emisiones, cualquier conductor de coche eléctrico puede aprovechar estos carriles cuando el tráfico le invite a ello.
En Madrid, está previsto que se construyan, a partir del 2018, 80 puntos de carga rápida y otros 200 de carga semirrápida. Aunque de momento tenemos que conformarnos con los puntos de recarga del coche eléctrico que tiene Madrid actualmente.
Como puedes observar, cada vez son más los pros.
