Los materiales utilizados para pavimentar carreteras son principalmente el hormigón y el asfalto, aunque dentro de estos existen diversas tipologías que se utilizan en función del tipo de vía que se va a asfaltar. Y es que no es lo mismo asfaltar una autopista que una carretera convencional. En el tipo de asfalto elegido influyen aspectos como el uso que va a tener cada vía, el tamaño, las necesidades y las condiciones de la obra.
Descubre en este artículo el tipo de asfalto de la M-30 que se ha utilizado en esta importante vía madrileña en los últimos años para garantizar la seguridad de todos los vehículos que a diario transcurren por ella. Del tipo de asfalto también dependen aspectos de la seguridad vial como el agarre de los neumáticos, la resistencia al desgaste, la durabilidad y la comodidad de conducción.
¿Qué tipo de material es el asfalto? En general, los diferentes tipos de asfalto son mezclas bituminosas, aunque se conocen comúnmente por asfalto o aglomerado. Son las mezclas resultantes de la combinación del betún asfáltico, los áridos y el polvo mineral. En ocasiones, la mezcla también lleva aditivos. El proceso de fabricación y puesta en obra se realiza a una temperatura muy superior a la del ambiente.
El betún asfáltico es una sustancia de color negro que tiene alta viscosidad y es pegajosa. Se encuentra en la fracción pesada del petróleo crudo y se puede obtener de diversas fuentes. Pero por motivos de rentabilidad, la mayor parte se obtiene del alquitrán producido como subproducto de la destilación del petróleo.
La mezcla asfáltica SMA (Stone Mastic Asphalt) tiene su origen en Alemania. Desde 1968 ha sido utilizada en vías con tráfico elevado, habiéndose incorporado a las especificaciones estándar en Alemania y otros países europeos debido a su magnífica performance.
En los últimos años, este tipo de asfalto para carreteras también se ha adoptado en Asia, pero su uso en España todavía es muy reducido. De todos modos, los buenos resultados que está teniendo han hecho que haya sido el elegido para asfaltar la M-30 madrileña.
Estas mezclas se caracterizan por poseer una gran cantidad de árido grueso. Este material constituye un excelente esqueleto mineral que confiere a la mezcla una buena resistencia mecánica y un elevado rozamiento interno. Además, facilita una elevada proporción de ligante (6,5-7 %) y de polvo mineral (7-12 %), lo que aporta una gran cohesión a la mezcla.
Debido al mayor contenido del ligante, y para impedir su escurrimiento, la segregación de la mezcla y la deformación por fluencia, se utiliza un aditivo, generalmente fibra de celulosa.
Gracias al esqueleto de árido grueso, las mezclas asfálticas SMA presentan mucha mejor estabilidad que las mezclas convencionales. Mientras que el alto contenido de ligante les confiere una mayor flexibilidad y una alta durabilidad.
En resumen, las mezclas SMA han demostrado su superioridad frente a otros tipos de asfalto para carreteras, como es el caso de carreteras en las que el tráfico que soportan es alto. También se utilizan en las intersecciones con semáforos, zonas con pendiente, pasos inferiores, áreas de carga y descarga, puentes, autopistas y aeropuertos.
Esto se debe a su alta estabilidad, la deformación que presentan y su resistencia a la fatiga y al envejecimiento. También se debe al buen drenaje lateral del agua, a su resistencia al deslizamiento y a la reducción del ruido. Todo ello aporta una conducción más cómoda y segura.
En Emesa llevamos siete años consecutivos utilizando la mezcla SMA para renovar el pavimento en nuestras campañas de aglomerado en Madrid. Cada año se realiza una renovación completa del pavimento en la M-30 de en torno unos 450 000 metros cuadrados.
La Operación Asfalto se programa en verano, cuando el tráfico de la M-30 desciende como consecuencia de las vacaciones. Así se pretende causar las menores molestias a los usuarios y minimizar el impacto en la M-30 y en zonas aledañas.
Los trabajos de renovación del asfaltado se desarrollan en cinco pasos. El primero es el cierre al tráfico de la zona en la que se va a actuar. Después, hay que realizar el fresado del firme que se va a sustituir. El tercer paso es la extensión de una mezcla asfáltica para que, a continuación, se realice la compactación de esta. Y por último, hay que hacer el repintado de las marcas viales.