El riego asfáltico es esencial a la hora de desarrollar una carretera. Sin estas capas, circularías por pistas poco estables y sin una buena adherencia. De este modo, las infraestructuras de todo un país serían pobres y de una eficiencia baja. Los viajes que realizaras no resultarían especialmente cómodos, tardarías más en alcanzar tu destino y los neumáticos de tu vehículo sufrirían. Pero ¿qué sabes de este proceso y su importancia para construir un firme?
Consiste en la distribución mediante rociado de la emulsión asfáltica, que es una mezcla bituminosa. Esta tiene que ser lo más uniforme posible para evitar huecos en el resultado final. Además, se efectúan diferentes capas sobre una base, lo que permite afianzar la estructura de la carretera. Para efectuar esta labor, se utiliza un camión regador provisto de una bomba y diseñado para este trabajo.
La bomba del regador es capaz de lanzar la emulsión con la debida uniformidad. Así, los trabajos se realizan de forma sencilla y en el menor tiempo posible. También contribuye a reducir el gasto de material, ya que solo aplica la cantidad estrictamente necesaria.
A la hora de efectuar el riego asfáltico, existen tres tipos de riegos que destacan por encima de los demás. Cada uno cumple con una función específica.
El riego de imprimación se trata de la aplicación de un ligante bituminoso sobre una capa granular. Es el paso previo a la extensión de una capa bituminosa encima. Al actuar de este modo, se consigue que ambas capas trabajen de forma conjunta. Además, es un tratamiento auxiliar para la construcción de carreteras, pero también en tareas de reforma o rehabilitación de firmes.
A la hora de efectuar la imprimación bituminosa, se utiliza un ligante muy fluido y de rotura lenta. Las dos emulsiones más empleadas son las siguientes: C50BF4 IMP y C60BF4 IMP.
El riego de adherencia consiste en un ligante bituminoso dispuesto sobre una capa bituminosa y previo a otra. Su finalidad es la de conseguir la unión entre ambas, a la vez que mejora el comportamiento estructural de todo el firme. El material empleado destaca por ser de viscosidad reducida y por una rotura rápida. Esto favorece un mejor reparto en superficie y que se extienda a la siguiente capa en poco tiempo.
Las emulsiones bituminosas utilizadas con mayor frecuencia son estas: C60B3 ADH, C60B3 TER, C60BP3 ADH y C60BP3 TER. Todas ellas son de tipo catiónico, aquellas que cuentan con un 60 % de ligante hidrocarbonado y que poseen un índice de ruptura de tres. Asimismo, antes de utilizarlas, se efectúa un barrido enérgico de la superficie para evitar impurezas.
En este último tipo, se aplica un ligante bituminoso sobre una capa granular. Esta se ha tratado con conglomerante hidráulico para garantizar el curado, lo que evita la pérdida de humedad que el proceso necesita. También se utiliza con el fin de proteger el firme del paso de vehículos. Por regla general, los tipos de emulsión más empleados son: C60B2 CUR y C60B3 CUR.
Tiene que usarse tanto ligante como para crear una película continua, uniforme e impermeable. Para esto, se utilizan cantidades de entre 300 y 800 gramos por metro cuadrado.
En definitiva, el riego asfáltico es esencial para la construcción de una carretera. Como has visto, cumple diferentes objetivos durante el proceso. Ya sea unir dos capas o mejorar la adherencia, su uso es indispensable para conseguir unos buenos resultados. Así, circulas sin problemas para llegar a tu destino con seguridad.