El OBD del coche es un sistema que te va a resultar interesante si no lo conocías. Conocer tu vehículo a fondo es una necesidad, ya que podrás anticiparte a cualquier fallo. ¿Sabías que las averías de motor son de las más frecuentes? Solucionarlas te puede salir muy caro, por lo que se hace necesaria una solución que contribuya a anticiparse a ellas y que te ofrezca otros beneficios.
OBD son las siglas de On Board Diagnostics o diagnósticos de abordo. Es un sistema que comprueba, a través de sensores, el estado de diferentes áreas del vehículo y que ayuda a los talleres a diagnosticar las posibles averías que estén presentes.
Este sistema comenzó a utilizarse en 1988 en el estado norteamericano de California. La legislación obligaba a la instalación de un método que contribuyera a controlar y reducir las emisiones contaminantes de los vehículos. En aquel momento, hace más de 30 años, no se disponía de la tecnología actual. Por ello, el método de diagnosis consistía en establecer unos máximos de gases emitidos, los cuales se encargaba de verificar el OBD.
En cuanto se sobrepasaban dichos límites, el sistema lo registraba y enviaba una señal de aviso para garantizar el autocontrol. Si te preguntas cómo se revisaban los datos recabados, en los talleres se disponía de un aparato electrónico para llevar a cabo la comprobación. Este contactaba con la central de diagnóstico, la cual ofrecía toda la información que había almacenada.
Con el paso de los años, las medidas de control de las emisiones contaminantes se endurecieron y esto hizo que el sistema tuviera que adaptarse. Así, nace el OBD II en 1996 como un añadido obligatorio en todos los vehículos de EE.UU. Por su lado, Europa los adaptó en 1998 con la Directiva 98/69EG y los ha ido integrando de forma progresiva en los siguientes años.
El OBD II no solo se encarga de diagnosticar el motor y la expulsión de gases que pueda realizar, sino que abarca todos los sistemas del vehículo y comprueba su estado. Además, conviene que no confundas ambos sistemas con los de diagnóstico utilizados para la ITV, puesto que se emplean diferentes máquinas para acometer las comprobaciones.
Ambos sistemas de On Board Diagnostics se crearon con la intención de garantizar la sostenibilidad de los vehículos y revertir posibles averías en ciernes. Como ya sabes, el OBD I se centraba en el registro de los gases que emitía el vehículo hasta un límite determinado. De este modo, se evitaba que se sobrepasara, lo que garantizaba el cumplimiento de la legislación del momento.
Por su lado, el OBD II cuenta con mayores prestaciones y, en la actualidad, es posible verificar el estado de tu vehículo a través del teléfono móvil. Hay aplicaciones que se conectan con el sistema para recabar sus datos de diagnóstico. Podrás comprobar en tiempo real el desempeño de tu coche, tendrás acceso a los códigos de avería y te permitirá tomar decisiones más acertadas a la hora de acudir al taller.
Estos códigos, que van del P0001 al P0999, representan una forma universal de categorizar las averías. Están impuestos por ley y cualquier persona puede comprobarlos. Cada uno de ellos hace referencia a un fallo en particular, aunque se engloban en función del sistema al que involucran: motor, ABS, climatización, etc.
Para que lo entiendas mejor, te facilitamos un par de ejemplos. P0001 indica que hay un fallo en el circuito de control de presión del raíl y P0999 que la gestión de la electroválvula de una caja de cambios automática no funciona de la forma adecuada.
El OBD recaba la información relativa al estado del vehículo y puedes acceder a ella a través de una toma ubicada bajo el volante, en la zona del copiloto o en otros lugares de fácil acceso. A la hora de realizar las comprobaciones, deberías seguir estos tres pasos:
Como ves, el OBD es un sistema de gran utilidad para conocer el estado de tu vehículo. Si bien comenzó como una forma de verificar las emisiones que realiza un vehículo, hoy contribuye a cuidar de su buena forma y simplifica el trabajo en los talleres.