Ubicada en las afueras de la ciudad, la mezquita de la M-30 en Madrid tiene varios elementos curiosos que hacen que este centro religioso sea de obligada visita, independientemente de la confesión que cada uno profese. Seguro que más de una vez te has quedado mirando su bonita arquitectura cuando pasas en coche.
Curiosidades que comienzan por la rúbrica de un total de 18 países musulmanes en los años 70. Un acuerdo firmado por los representantes diplomáticos de estos países para la construcción de este centro religioso cuyas obras tardaron cinco años en llevarse a cabo.
Para llegar a la mezquita hay que acceder a la M-30 en el acceso de Ciudad Lineal. Este centro islámico se encuentra a solo unos pasos del tanatorio de la M-30.
Aunque el acuerdo se llevó a cabo en 1976, las obras de este centro islámico religioso no se iniciaron hasta 11 años después. Una vez concluidas las obras, la mezquita no solo se convertía en la más grande de España, sino también de Europa. Un dato nada desdeñable y a tener en cuenta a la hora de plantearse una visita, al igual que su inspiración en la mezquita de Córdoba.
Contra lo que se pueda pensar, el acuerdo llevado a cabo por los 18 representantes daba el pistoletazo de salida a un ambicioso proyecto que además de una sala de oraciones contempla otras instalaciones sin carácter religioso, como el gimnasio existente o el centro educativo hispano saudí.
De su arquitectura sorprende cuanto menos la vista de los dos minaretes de la mezquita sobre la estampa que proporciona Madrid. Dos grandes torres o alminares únicos en la capital de 25 metros de altura. Pero, ¿qué más podemos admirar de esta obra de arquitectura?
Este ambicioso proyecto arquitectónico fue financiado 100 % por capital árabe y a día de hoy acoge interesantes instalaciones como un restaurante en el que se pueden degustar platos típicos de la cocina árabe.
Si quieres visitar el interior del templo, debes saber que la visita está permitida a todos los que quieran entrar. Los hombres deben descalzarse y las mujeres deben cubrir su cabeza.
El motivo de su construcción no fue otro que el de tener un centro representativo a la altura de la población musulmana de entonces en la capital de España. Una muestra además de las excelentes relaciones con Arabia Saudí de la que siempre hizo alarde tanto el Rey de España Juan Carlos I como el rey Fahd de Arabia.
El nombre real de la mezquita de la M-30 es Centro Cultural Islámico de Madrid, otra de las curiosidades que te sorprenderán cuando vayas de visita a este templo. El centro cuenta en su interior con una impresionante biblioteca, en la que guardan ejemplares de valor incalculable. Volúmenes de Historia de España o de la Historia andalusí son solo alguna de las muestras de la riqueza de su fondo.
También se ofrecen múltiples actividades para conocer esta religión y la cultura árabe más de cerca, como celebraciones en comunidad, seminarios, charlas, conferencias o visitas de escuelas e institutos
Un centro abierto no solo a los musulmanes, sino a todos los vecinos madrileños de cualquier creencia. Si has visto esta maravillosa mezquita desde la M-30, no esperes más y ve a visitarla.