Las marcas viales son, dentro de la seguridad vial, uno de los elementos más significativos, y que inciden de manera más relevante de noche o con condiciones meteorológicas adversas de niebla o lluvia, de ahí el especial interés en que la señalización horizontal mantenga unos niveles de visibilidad óptimos ante cualquier factor.
Desde Emesa para conseguir este cometido y que las marcas viales longitudinales, simbología y cebreados de la M30, mantengan una calidad y durabilidad adecuada, se realizan campañas de auscultación y de repintado, así como la limpieza mediante barrido y baldeo.
La auscultación consiste en la medida de los siguientes parámetros:
El equipo de medida consta de un vehículo portador, del aparato de medida propiamente dicho y de un sistema de células fotoeléctricas. La medición se realiza a velocidad del tráfico, sin cortes de carril para no afectar a la circulación.
Para las medidas de visibilidad diurna se utiliza la luz natural de día en las condiciones existentes en cada momento. Para las medidas de visibilidad nocturna se emplea una fuente de luz modulada, de las comúnmente utilizadas en los vehículos automóviles. Los flujos luminosos de ambas fuentes son medidos continuamente, y sus variaciones compensadas automáticamente.
Una vez se tienen todos los datos, de los parámetros indicados, para la caracterización de la señalización horizontal de ambas calzadas, túneles, vías de servicio y accesos, se realiza un análisis y se organiza el repintado de las marcas viales que lo necesiten.
Los tipos de pintura que se suelen emplear varían dependiendo del elemento a pintar marcas longitudinales, simbología, etc. Este repintado se efectúa en los períodos de menor afección al tráfico, trabajando sobre todo en jornadas nocturnas.
De esta manera, se persigue el objetivo de mantener los niveles de retrorreflexión adecuados, manteniendo la seguridad y comodidad de la circulación de los usuarios por toda la M30.