El mantenimiento de puentes tiene una importancia vital en el correcto funcionamiento de las comunicaciones terrestres. De los 200 000 kilómetros de carreteras y vías de ferrocarril que hay en España, 1000 kilómetros están cubiertos por puentes. El verdadero impulso de la red tuvo lugar a partir del siglo XIX, utilizando, para los viaductos y puentes, el hormigón como principal material. En la M-30 de Madrid hay más de 100 de estas estructuras, y el mantenimiento es muy importante para su adecuada conservación.
Problemas frecuentes que presentan los puentes
La gran mayoría de puentes se construyen con hormigón armado, un material extremadamente resistente y con buena durabilidad. Una vez superado el periodo de curado, la estructura tiene una compacidad parecida a la de un bloque de roca de gran dureza. Pero a pesar de las excelentes propiedades del hormigón, los puentes pueden sufrir diferentes problemas a lo largo de su vida útil:
- Grietas y fisuras: pueden aparecer por diferentes causas, como, por ejemplo, que el hormigón esté mal curado o que se hayan incrementado las cargas. También se puede deber a un fallo en la cimentación o a un deslizamiento del terreno.
- Cimentaciones socavadas: existen diferentes aspectos que pueden socavar los cimientos de estas estructuras, como la acción continua del agua, los cimientos incorrectos o la inadecuada ubicación de los mismos en los cauces.
- Oxidación de las estructuras metálicas: los fenómenos climáticos pueden originar una acción corrosiva que oxide las estructuras metálicas, sobre todo si carecen de protección.
- Fallos en las juntas: este tipo de problemas se debe al desgaste del material de las juntas o al mal dimensionamiento de las mismas.
- Desgaste en los apoyos: estos se pueden ver afectados por un incorrecto dimensionamiento de los mismos o debido a la falta de reacción vertical.
- Muros con deslizamientos: estos fallos pueden estar originados por soluciones estructurales que no se han ejecutado de la manera adecuada, como el terreno mal compactado.
Mantenimiento de puentes: preventivo e inspecciones
Es requisito indispensable establecer un plan de mantenimiento preventivo de puentes, que englobe una política de inspecciones periódicas. El principal objetivo es detectar de forma anticipada desconchones, señales de óxido, pérdida de verticalidad u horizontalidad, degradación de los anclajes…
Tareas preventivas
Hay una serie de tareas preventivas que se deben llevar a cabo de forma rutinaria, como pueden ser:
- Limpieza
- Eliminación de vegetación
- Repintado de elementos metálicos
- Tratamientos superficiales
- Limpieza y reparación de desagües
Inspecciones
Para realizar una buena inspección de los puentes, el primer paso consiste en reunir la historia y la información técnica de los mismos. Para garantizar el tráfico y detectar las posibles deficiencias, es necesario realizar inspecciones periódicas. Existen diferentes tipos de inspecciones, cada una con sus propias características y objetivos concretos:
- Inspecciones básicas o rutinarias: estas inspecciones visuales son realizadas por los técnicos de conservación, quienes elaboran una ficha que recoge los daños observados en la estructura. La frecuencia establecida por la Dirección General de Carreteras para la realización de estas inspecciones es de 15 meses, si bien, en el caso concreto de la M-30 esta frecuencia se reduce a 3 meses.
- Inspecciones principales generales: también de forma visual, en esta ocasión las inspecciones son llevadas a cabo por ingenieros especialistas en estructuras. Recogen los posibles desperfectos detectados y su nivel de gravedad para concluir un índice de estado en el informe final. La frecuencia establecida por la Dirección General de Carreteras para la realización de estas inspecciones es de 5 años, mientras que en el caso de la M-30 estas inspecciones se realizan cada 15 meses.
- Inspecciones principales detalladas: son inspecciones exhaustivas desarrolladas por ingenieros especialistas en estructuras con medios especiales de acceso. Bajo el mismo procedimiento anterior, se determina el correspondiente índice de estado de la estructura. La Dirección General de Carreteras no establece periodicidad determinada para este tipo de inspecciones, realizándose estas en función de la necesidad. En la M-30 se realizan cada 5 años.
- Inspección especial: en el caso que se detecten deficiencias graves y sobrevenidas en alguna estructura, se ejecuta una inspección con medios específicos de auscultación con la finalidad de actuar inmediatamente.
La inspección y el mantenimiento de puentes son labores fundamentales para detectar y prevenir los problemas más frecuentes en estas estructuras, como las fisuras y grietas en el hormigón o la oxidación de los elementos metálicos. Por ello, las inspecciones son clave para garantizar el buen estado de las estructuras y con ello la seguridad de transeúntes y tráfico rodado.