¿Alguna vez te has preguntado por qué las carreteras parecen una galería de arte abstracto con todas esas líneas pintadas? Bueno, más allá de añadir un toque de color al gris del asfalto, cada línea tiene su razón de ser, especialmente las líneas amarillas en la calzada. Y estas son vitales para nuestra seguridad. Esas líneas amarillas que vemos todos los días tienen mucho que decirnos sobre cómo debemos comportarnos en la carretera, por lo que conviene conocer su significado a la hora de circular o estacionar.
Antes de sumergirnos en este mundo de líneas y colores, recordemos algo esencial: conocer y respetar la señalización vial no solo es una cuestión de evitar multas, sino de cuidar nuestra seguridad vial y la de los demás. Vamos a ver qué nos están diciendo esas líneas amarillas.
Las líneas amarillas continuas son las más comunes. Si las encuentras en la carretera, indicarán que la zona por la que circulas está en obras. En este caso, tiene el mismo significado que la línea amarilla: está prohibido el adelantamiento.
En el caso de que la encuentres en casco urbano, pintada junto al borde de la carretera o sobre un bordillo, indica que está prohibido parar o estacionar cualquier vehículo. La multa por aparcar ahí va de 80 a 200 euros. Puede darse el caso de que exista alguna restricción temporal de estacionamiento, y esta debe estar identificada mediante señales en las que se indique el horario de la restricción.
Las líneas amarillas discontinuas son más permisivas, tanto dentro como fuera de poblado. En carretera, te están diciendo que puedes adelantar, pero con cuidado, al igual que lo haría una línea blanca discontinua. De nuevo, si está pintada de color amarillo indica que ese tramo está en obras.
En el caso de verla en casco urbano, puede situarse al borde de la calzada o sobre el bordillo. En la zona marcada está permitido parar el coche, pero no estacionar. Esta línea puede presentar alguna restricción temporal de estacionamiento, y en esos casos estará acompañada de una señal que indique el horario de esa restricción. Podrás verla en lugares en los que no se puede aparcar, por ejemplo, durante los días laborables, pero en los que sí está permitido el estacionamiento los fines de semana.
Las líneas amarillas en zigzag puedes encontrarlas en las entradas de las escuelas, en zonas de carga y descarga o en las paradas de autobús. Su mensaje es claro: se prohíbe el estacionamiento de cualquier vehículo. Delimita una zona reservada que debe quedar libre en todo momento de coches aparcados porque tiene un uso especial que requiera larga permanencia.
Las líneas amarillas que se entrecruzan formando una cuadrícula indican al conductor que está prohibido acceder a la zona marcada, a pesar de contar con preferencia de paso. Suelen colocarse junto a intersecciones o pasos de cebra para evitar que, en caso de que se detenga la fluidez del tráfico, ningún vehículo se quede parado sobre este lugar reservado para el tránsito de vehículos o el tránsito de peatones. Así, si se interrumpe el tráfico en esa zona no habrá problemas de circulación. Es una regla simple: si no tienes espacio para cruzar completamente, mejor espera.
En resumen, es fundamental saber interpretar las distintas líneas amarillas en la calzada. Cada tipo tiene su propio idioma, y aprenderlo no solo nos ayuda a evitar multas, sino que también educa en seguridad vial. La próxima vez que conduzcas, presta atención a estas líneas; tienen mucho que enseñarte sobre cómo moverte por el mundo de forma segura y responsable.