En Emesa se realiza un continuo seguimiento y una correcta regulación de la iluminación de la M30. El objetivo es garantizar la mejor visibilidad posible a los conductores y detectar cualquier baja del alumbrado para solucionarlo cuanto antes.
En esta vía hay alrededor de 40.000 luces encendidas de manera permanente y, en total, más de 53.000 puntos de luz que están encendidos en determinadas franjas horarias.
El alumbrado base de los túneles de la m30 tienen una temperatura de color con luz blanca, para evitar que el conductor sienta claustrofobia. Estas están situadas desde el inicio hasta el final de los mismos. Este tipo de alumbrado funciona con luminarias FVI tipo T5 con más de 24.000 horas de vida.
Estas infraestructuras también cuentan con doble línea continua de luces con fluorescencia para el alumbrado permanente del mismo.
El sistema de iluminación de la m30 controla el deslumbramiento y evita el molesto efecto parpadeo mediante una iluminación cenital y continua. Además, cuentan con estanqueidad al mantener sus prestaciones fotométricas gracias a que cuentan con un IP65.
Es muy importante que la intensidad de la luz esté regulada de manera correcta y que se lleve a cabo un buen mantenimiento del sistema de alumbrado para garantizar la seguridad de los conductores. Por ello, la intensidad del alumbrado se regula desde el Centro de Control de Túneles y varía dependiendo de diferentes parámetros.
Se tiene en cuenta el número de vehículos que circulan por esta reconocida vía de Madrid y también el horario. Durante el día la potencia de la iluminación es mayor que durante la noche. En cualquier caso, si hubiera cualquier incidente, la potencia de la luz sería la máxima para garantizar las mejores condiciones de la vía y la máxima seguridad a los conductores.
Son especialmente importantes las zonas de transición entre el exterior y el túnel donde los cambios de luz son muy bruscos. El ojo humano tarda varios segundos en adaptarse cuando pasa de una zona muy iluminada (sol exterior) a una zona oscura de forma natural. Proyectores de luz blanca se encargan de iluminar gradualmente estas zonas de entrada y salida al túnel para que el usuario mantenga una correcta visibilidad.
Para supervisar el estado de la iluminación se utiliza uno de los sistemas tecnológicos del Centro de Control de la M30, LOADA (Lights Off Automatic Detection Algorithm). Es una herramienta de desarrollo propio que controla el estado de los puntos de alumbrado permanente. Localiza las puntuales bajas de alumbrado permanente a través de la comparación de imágenes, identificando los “puntos oscuros”.
Cuando se ha realizado dicha comparación, la herramienta LOADA facilita un resultado global de los puntos de iluminación que han sido tratados. Muestra un porcentaje de aquellos puntos de luz que funcionan correctamente.
Una vez que se ha recibido la información, desde el departamento de mantenimiento se pueden programar los trabajos de reposición, en función de las necesidades de cada zona. Es decir, se pueden priorizar los trabajos de reposición sobre aquellas zonas que más lo necesiten.