El efecto mirón es una de las acciones más peligrosas en carretera, ya que puede provocar accidentes de tráfico, y muchas veces, ocurren en cadena. Seguro que más de una vez ante un accidente en carretera has reducido la velocidad para ver qué pasaba, incluso con los servicios de emergencia ya instalados en el lugar. Esto no solo puede provocar retenciones, sino que también puede poner en peligro tu propia seguridad y la de los demás.
El efecto mirón es aquel que se produce cuando un conductor aminora la velocidad sin motivo aparente. Una de las causas más comunes es mirar qué ha ocurrido al producirse un accidente en carretera. En otras palabras, el conductor reduce la velocidad para observar el siniestro provocando atascos y retenciones que se agravan, como ocurre en muchas operaciones de salida y de retorno en España.
El mirón está relacionado, también, con el efecto acordeón. Este último consiste en una reducción brusca de la velocidad. Si uno de los conductores reduce la velocidad por algún motivo el resto también lo hará. Por tanto, se crean los famosos «atascos fantasma», aquellos que no se originan por una causa aparente, simplemente por el comportamiento de algunos de los conductores. Por ello, es muy importante estar atento a la carretera y guardar siempre la distancia de seguridad.
Cuando aún no han llegado los servicios de emergencia al lugar del accidente, cabe recordar y destacar que, si no existe atención in situ, la obligación es parar y socorrer en la medida de lo posible. ¿Cómo? Llevando a cabo el principio PAS: Proteger, Avisar y Socorrer.
En definitiva, son cada vez más los organismos, tanto de emergencias como de control de tráfico, que luchan para minimizar el impacto del efecto mirón en las carreteras del país. Este efecto, aparte de ralentizar el tráfico, puede poner el peligro la seguridad del resto de conductores. Eso sí, si paras por accidente estás obligado a seguir el principio PAS.