¿Cuáles son las clases de mercancías peligrosas? Primero hay que se saber que reciben este nombre las cargas que requieren de una autorización específica o directamente está prohibido su transporte por carretera según el Acuerdo ADR (Acuerdo sobre el Transporte Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera). Estas mercancías presentan un riesgo potencial para la seguridad o la salud si no se manipulan de manera correcta. Su transporte del punto A al punto B requiere de unas medidas específicas según el tipo o la clase de artículos transportados para minimizar los riesgos del traslado.
Para definir el grupo al que pertenece cada mercancía hay una guía elaborada por la ONU que es la base en la que se apoyan los estados para realizar su regulación interna, aunque existen varias normativas de carácter internacional como la ADN, la RID o la ADR de aplicación europea que regulan estos tipos de transportes. Para su identificación se emplean señales con forma cuadrada colocadas con los vértices opuestos en línea horizontal y vertical.
Reciben esta denominación los artículos que cuentan con peligro de explosión o reacciones químicas peligrosas que entrañen un riesgo para la salud. Dentro de este grupo aparecen seis divisiones:
Para el transporte de mercancías peligrosas combinado de este tipo de materias existe una normativa que determina cuáles pueden viajar juntas. Algunos ejemplos son las municiones, la pirotecnia, los detonadores o similares.
Para que puedas identificarlas hay una señalización específica. En este caso la señal es de color amarillo con un símbolo en la mitad superior de un objeto explosionando. Además, en la parte inferior cuenta con un 1. También puede incluir la subclase numerada o la palabra «EXPLOSIVE» en el centro de la señalización.
Entran en esta categoría todas las sustancias que cuentan con una presión de vapor superior a 300 kPa a 50 °C o que con una presión estándar de 101 kPa son gaseosos cuando alcanzan los 20 °C. Esta categoría también se encuentra dividida en subsecciones:
Además, cada grupo cuenta con una nomenclatura de apoyo en función de los riesgos que se asocian a la sustancia: asfixiante, oxidante, inflamable, tóxico, corrosivo o comburente, todas ellas se pueden combinar.
La señalización varía en función del grupo al que pertenezca. Las señales de inflamables son rojas con una llama en la parte superior. En el caso de los comprimidos, son verdes con una botella en la zona central. Por último, los tóxicos son blancos con una calavera en la parte alta. Todas ellas incluyen el 2 en la zona inferior.
Estas cargas suelen realizarse casi siempre a presión para reducir el volumen del compuesto. Gas natural, gases del petróleo, mecheros, extintores o gases refrigerantes son algunos ejemplos de mercancías que cuentan con esta categoría.
A esta clase pertenecen los líquidos o mezcla de ellos que tienen un punto de inflamación de 60 °C o menos. A todos ellos hay que añadir los combustibles que se inflaman a menos de 100 grados.
Esta categoría cubre una amplia gama de productos como pinturas, perfumes, resinas o alcoholes. Por supuesto, toda la gama de combustibles y derivados del petróleo de naturaleza líquida también están en este grupo: combustible de avión, gasolina, gasóleo…
En este caso la señalización es igual que la de los gases inflamables. Para que puedas diferenciarlas tendrás que fijarte en la parte inferior donde el número será un 3.
Aquí se agrupan el resto de las materias que son inflamables o que pueden desprender toxicidad al entrar en contacto con el agua. Esta categoría es muy variopinta, por lo que está separada en 3 subclases.
Incluye a todas aquellas materias que pueden inflamarse por frotamiento, una chispa o autorreactivas. Además, las sustancias que se transportan con sus propiedades explosivas neutralizadas por otros compuestos también están en esta categoría. Celulosa, desechos de caucho o fósforo son algunos ejemplos.
La etiqueta cuenta con franjas blancas y rojas verticales y el dibujo de una llama en la parte superior. Todas las de este grupo incluyen el 4 en la parte baja que puede ir o no acompañado de la numeración de la subclase.
Las sustancias pirofóricas, aquellas que arden en menos de cinco minutos desde que contactan con el aire, o las que tienen inflamación espontánea en grandes volúmenes y periodos de exposición forman parte de la clase 4.2. Carbón en polvo, algodón húmedo o harina de pescado no estabilizada.
En este caso la señal está dividida al medio, siendo la parte superior blanca con una llama y la inferior de color rojo.
Las sustancias que desprenden gases tóxicos en contacto con el agua se engloban aquí. Potasio o sodio son ejemplos de las también conocidas como materias peligrosas mojadas.
El color azul en referencia al agua te permitirá identificar esta clase de mercancías en la señalización. Además, cuenta con una llama al ser inflamables en la parte superior.
En esta categoría también aparece una división en dos grupos claramente diferenciados:
En este caso para su señalización se apoyan en el color amarillo. Es completo para el 5.1 con una bola en llamas como dibujo. Las 5.2 tienen la mitad inferior amarilla y la superior roja con una llama.
Estos productos son dañinos para la salud debido al contacto o los gases. Se dividen en dos grandes grupos:
La etiqueta de estos productos tiene el color blanco como principal. Las 6.1 incluyen una calavera mientras que las 6.2 disponen del símbolo de riesgo biológico. Por supuesto cuentan con la numeración de la clase en la parte inferior.
Son sustancias que cuentan con radiación invisible dañina por exceder los límites permitidos. Para su transporte es necesario un embalaje especializado que actúe como escudo para el transportista y el entorno. Productos de uranio empobrecido o maquinaria de radiología son algunos ejemplos de esta clase de cargas.
Es una de las señales más conocidas, ya que está muy presente en nuestras mentes por la televisión. La mitad superior es amarilla con el símbolo de radioactivo y la inferior es blanca. En el medio puede llevar escrita la palabra para una identificación más rápida por tu parte.
Actúan de fuera hacia adentro causando daños en materiales o tejidos vivos. En su mayor parte son irreparables y pueden llegar a ser mortales en un grado alto de contacto. Incluye tanto líquidos como sólidos que cuenten con esta propiedad. Los fluidos de baterías son uno de los más habituales.
La parte inferior de la etiqueta es de color negro y la superior blanca con un dibujo de dos fluidos actuando sobre la piel y un material. Su diseño es muy intuitivo.
En esta categoría entran todos los productos de carácter peligroso que no cumplen los criterios anteriores. Además, cuentan con esta señalización aquellos que cubren dos clases (excepto los radiactivos) o son un peligro para el medio ambiente. Esta categoría es muy habitual para productos que contienen algún elemento peligroso en su interior como dispositivos móviles o elementos de seguridad autoinflables como los airbag o botiquines de primeros auxilios.
En este caso su identificación varía en función del riesgo. Tiene una señal general de fondo blanco con franjas verticales negras en la mitad superior. Pero existen pictogramas específicos para baterías (un dibujo con varias pilas) o medio ambiente (peces y árboles dañados) que se sitúan al lado o en la mitad inferior.
Ahora ya conoces cuáles son las clases de mercancías peligrosas y su clasificación. Mover estas cargas requiere de permisos específicos y etiquetados concretos para poder saber cuáles son ante cualquier incidente. Es importante respetar la normativa por la seguridad y salud de todos los que circulan por las carreteras, así como conocer el protocolo de actuación de accidente con mercancías peligrosas.