Conducir de noche presenta una serie de desafíos únicos que pueden poner en riesgo tu seguridad y la de los demás. La visibilidad reducida, el cansancio y la posibilidad de encontrarse con conductores imprudentes son solo algunas de las dificultades que hacen que conducir en la oscuridad sea más peligroso. Sin embargo, con las precauciones adecuadas y algunos conocimientos prácticos puedes minimizar estos riesgos y disfrutar de un viaje nocturno seguro y sin contratiempos. Te presentamos estos consejos para conducir de noche de manera segura que te ayudarán a mantenerte alerta, mejorar tu visibilidad y garantizar que llegues a tu destino sin problemas.
Conducir de noche reduce la percepción visual. Y es que el 90 % de la información del tráfico la recibimos a través de la vista. La sensación luminosa, la capacidad para reconocer los colores y la agudeza visual son tres procesos que, durante la noche, se ven alterados. Esto es así porque tanto el cerebro como la vista se someten a un mayor esfuerzo para poder actuar con eficacia y rapidez ante una situación adversa.
Es importante que compruebes que el sistema de iluminación de tu vehículo funciona adecuadamente. Si eres de los que suelen circular en horas de menor visibilidad, sería recomendable que aumentes la frecuencia de revisión. Para mayor comodidad y seguridad, instala los faros inteligentes, la visión nocturna con infrarrojos, las luces de xenón o LED.
Por otro lado, asegúrate de que la altura de los faros es la adecuada para que veas la carretera sin deslumbrar al resto de conductores. Los faros colocados a una altura adecuada permiten que el conductor tenga un mejor alcance visual de la carretera, mejorando la detección de obstáculos, señales y otros vehículos.
Es importante tener en cuenta el uso de las luces y hacer un uso correcto de ellas para tener un buen campo de visión. Las luces cortas deben estar siempre encendidas durante la salida y la puesta de sol.
Si las condiciones de la vía y la circulación lo permiten, enciende las luces de largo alcance si la visión es reducida. Deberás encender este tipo de luces cuando no haya ningún vehículo en los laterales o delante de tu vehículo, ya que así no molestarás a ningún otro conductor. Recuerda que las luces no solo sirven para ver, sino para ser visto.
Para evitar conducir sin deslumbramientos, es fundamental llevar un reglaje adecuado de los retrovisores interiores y exteriores. Un ajuste adecuado de los espejos retrovisores ayuda a minimizar los puntos ciegos, permitiendo al conductor tener una mejor visión de los vehículos y obstáculos en los lados y detrás del coche. Con una visibilidad adecuada, el conductor puede tomar decisiones informadas y seguras al cambiar de carril, girar o detenerse.
La mejor forma de evitar sobresaltos es tener controlados todos los espejos con mucha frecuencia. Te servirán para poder detectar a otros vehículos u objetos en la calzada y adecuar tu conducción a ello.
Mantener la distancia de seguridad es muy importante durante el día, pero sobre todo durante la noche. Esta no debe ser nunca inferior a tres segundos de frenada con el vehículo que te precede para así poder disponer de mayor tiempo de reacción si surge cualquier imprevisto.
No conduzcas con la luz del interior encendida. La luz interior puede causar reflejos en el parabrisas, lo que dificulta la visión de la carretera y los obstáculos. Mantener la luz apagada reduce estos reflejos y mejora la visibilidad. Además, con la luz del habitáculo apagada, el ojo del conductor puede adaptarse mejor a la oscuridad exterior, mejorando la capacidad de ver detalles en la carretera y en los alrededores.
Para conducir debes estar descansado. Cada hora y media de trayecto en un viaje nocturno es recomendable parar para despejarse. Sal del coche, camina un poco y activa la circulación. Si necesitas tomarte un café, hazlo. De esta manera podrás continuar el camino de manera más segura.
El cuadro de instrumentos y otros elementos del interior del vehículo han de tener una luz muy tenue para poder ver mejor lo que hay en el exterior.
Aunque la carretera pueda estar más despejada de lo habitual por las noches, eso no implica que puedas circular a velocidad máxima sin respetar las señales de tráfico. En las horas nocturnas es cuando más debes tener en cuenta la velocidad a la que circulas, porque necesitas capacidad de frenado del coche por completo dentro del campo de iluminación de los faros en caso de que aparezca cualquier imprevisto.
Las horas más peligrosas para conducir son entre 3 y 5 mañana y entre 2 y 4 tarde.
Evita trayectos largos si no estás acostumbrado o si son de noche.
Estimulantes como café o té, utilízalos con precaución para evitar efecto rebote. #CeroRiesgos pic.twitter.com/oiwk6qCYEy
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) August 3, 2022
Los cristales sucios pueden crear reflejos y deslumbramientos al recibir luz de los faros de otros vehículos, farolas u otras fuentes de iluminación. Los cristales limpios reducen estos reflejos y permiten una visión más clara de la carretera. Además, la suciedad en los cristales puede difundir la luz y dificultar la visibilidad.
Uno de los consejos más habituales para viajar de noche es encender la radio, escuchar tu música favorita y abrir las ventanas de vez en cuando. Te despejará y evitará que te quedes dormido durante el trayecto. Además, una ventilación adecuada ayuda a evitar que los cristales se empañen, lo que es crucial para mantener una buena visibilidad. Los cristales empañados pueden obstruir la visión del conductor y aumentar el riesgo de accidentes.
Si sufres un deslumbramiento, circula por la derecha de tu carril, aminora la velocidad y gira la cabeza a la derecha. Si es necesario, cierra el ojo izquierdo para evitar ver los faros del coche que te está deslumbrando.
En definitiva, ya ves que son bastantes elementos los que intervienen en la seguridad de la conducción nocturna. Te aconsejamos, por tu bien y el de los demás conductores, que extremes las precauciones y sigas estos consejos para conducir de noche y lograr que tus viajes sean más seguros.