¿Sabes cuál es la diferencia entre autopista y autovía? Las dos son carreteras que tienen más de un carril en cada sentido y están diseñadas para circular rápido, pero ¿realmente conoces todos sus matices? En España existen en la actualidad cerca de 17.500 kilómetros de estas vías. Veamos qué las diferencia y qué tienen en común.
Para definir estos dos tipos de carreteras correctamente, tenemos que irnos a los artículos 3 y 4 del Reglamento General de Carreteras.
Autopistas y autovías comparten algunas características, lo que a menudo dificulta saber con certeza por cuál de las dos se está circulando. Aun así, existen ciertas diferencias que permiten distinguirlas si se presta atención a algunos detalles concretos.
Las autopistas están diseñadas desde cero, lo que implica un trazado completamente nuevo, mientras que las autovías suelen adaptarse al recorrido de antiguas carreteras nacionales. Debido a esto, las autopistas presentan curvas más amplias que permiten mantener con mayor facilidad la velocidad máxima permitida, a diferencia de las autovías, que pueden incluir curvas más cerradas y, por tanto, más exigentes para la conducción.
Esta adaptación también influye en el desnivel de las pendientes, ya que las autovías pueden presentar mayores variaciones que las autopistas. Además, es habitual encontrar paradas de autobús en los laterales de las autovías, algo que no ocurre en las autopistas, donde no está permitido.
En las autovías no pagamos ninguna tasa de circulación, son gratuitas y de gestión pública. El organismo encargado de la gestión de este tipo de vía es el Estado o las respectivas Comunidades Autónomas. Por lo tanto, el mantenimiento y gasto de las autovías será una cuestión que afecte directamente a las administraciones públicas.
Sin embargo, las autopistas presentan una gestión diferente, mediante concesión privada. El mantenimiento de la carretera le compete a la concesión privada que necesitará del dinero de los usuarios que circulan por la vía. Los conductores, por lo tanto, deberán pagar un peaje, cuya tasa vendrá definida por la empresa gestora de la carretera. No todas las autopistas tienen peaje, hay empresas que permiten un acceso de libre circulación.
Otro modo de financiación es que las constructoras financien inicialmente la construcción de la carretera y la puesta en marcha de toda la infraestructura lineal. Es el llamado peaje en sombra que consiste en que la obra sea promovida por el Estado o por la Comunidad Autónoma. En este caso, el Gobierno pacta un canon con la concesionaria.
En las autovías se permite la circulación de ciclistas siempre que cuenten con un rango de edad superior a los 14 años. Además, tienen que circular por el arcén y las zonas que están designadas para este fin. Esto no quiere decir que podamos circular libremente por todas las autovías de España, ya que algunas lo tienen terminantemente prohibido y, por supuesto, vendrá señalizado oportunamente. Sin embargo, en las autopistas no se permite nunca la entrada a ciclistas.
Aunque ambos tipos de vías tienen carriles de aceleración o acceso definidos y construidos para permitir que los coches se incorporen sin riesgos, los de las autovías son más cortos que los de las autopistas. Además, las segundas tienen un control exhaustivo para el acceso de vehículos a la carretera, mientras que las autovías no. Además, existen diferentes tipos de carriles especiales pensados para situaciones excepcionales.
Son carreteras de carácter secundario y paralelas a las calzadas. En la carretera, podemos encontrar distintas vías de servicio conectadas a la vía principal. Su función es ayudar al usuario a incorporarse a la carretera cuando viene de áreas colindantes.
La autopista siempre debe tener, al menos, una vía de servicio; sin embargo, no es obligatorio en el caso de las autovías.
Una autovía puede atravesar un núcleo urbano, aunque la zona debe contar con la señalización oportuna, de reducción de la velocidad, para evitar riesgos de accidentes.
Sin embargo, las autopistas bordean los pueblos y ciudades por medio de circunvalaciones, pero nunca atraviesan un núcleo urbano.
Los puntos en común de autovías y autopistas son los siguientes:
En resumen, y como podemos observar, las autopistas y autovías tienen más puntos en común de los que podríamos imaginar, aunque también presentan notables diferencias. Conocerlas es aprender a usarlas de forma responsable.