¿Qué es un carril especial? Un carril especial sirve para incrementar la capacidad de las vías al máximo y reducir los atascos en horas punta y épocas vacacionales (en las conocidas operación salida y de retorno). En estos momentos los desplazamientos en vehículo aumentan considerablemente y, en consecuencia, también lo hace la intensidad del tráfico en las carreteras.
Podemos encontrar estos carriles durante algunos kilómetros y en determinados puntos estratégicos. Permiten conducir en sentido de la marcha contrario y se ciñen a un reglamento específico para su señalización, velocidad y prioridades. Un día de gran actividad pueden llegar a abrirse hasta 700 kilómetros de estas vías especiales para aumentar la capacidad de la calzada en 1.500 vehículos adicionales por hora.
El mayor inconveniente de los carriles especiales es el reducido espacio que existe con el automóvil para circular por ellos. En apenas unos pocos metros, circulan vehículos en ambos sentidos y solo los separa una línea imaginaria señalizada por conos. Veamos todas las opciones que hay.
Para quien no conozca las diferentes tipologías de carriles especiales, cada uno tiene unas características concretas para poder circular que pasamos a describir a continuación.
Por ellos transitan vehículos de alta ocupación (VAO). El objetivo es dar prioridad a ese tipo de vehículos que circulan en momentos de tráfico intenso. Son carriles reservados para turismos, motocicletas, vehículos mixtos y autobuses. Pero los turismos con un solo ocupante no podrán circular por él, excepto si tiene la etiqueta 0 o “Cero emisiones” de la DGT o si es un vehículo para personas con movilidad reducida. Tampoco podrán circular por él ciclomotores, camiones de más de 3.500 kg, furgonetas, vehículos con remolque y peatones.
Recientemente, algunos modelos híbridos enchufables y 100 % eléctricos con un único ocupante pueden emplearlos siempre y cuando estén debidamente identificados con el distintivo de cero emisiones. El límite de velocidad es el propio de la carretera donde esté situado.
Estas vías pueden encontrarse en carreteras de un único carril con el objetivo de aumentar su capacidad. En lugar de circular por la zona central, la calzada se divide en dos carriles para aprovechar los arcenes. Al ser tan estrechos, la velocidad está limitada entre 60 y 80 kilómetros por hora y las luces de cruce son de uso obligatorio en todo momento (día y noche).
Son la solución más empleada para agilizar los grandes atascos. Los verás sobre todo en autovías y autopistas con gran densidad de tráfico. Como en el caso anterior, las luces de cruce son obligatorias y el límite de velocidad está entre 60 y 80 kilómetros por hora. Solo tienen permiso para circular por ese carril los turismos sin remolque y las motos. Las autoridades los habilitan abriendo la mediana y modificando el sentido de uno de los carriles.
El objetivo del carril reversible es aliviar el tráfico en zonas urbanas. En esencia, son como los carriles en sentido contrario pero en ciudad. Los conductores son informados del sentido de cada carril mediante unos semáforos cuadrados sobre las vías.
En definitiva, estos carriles especiales sirven para descongestionar las carreteras con mucho tráfico en determinados momentos. De no ser así, muchos conductores pasarían más tiempo del necesario al volante. Cada uno tiene unas características específicas y una normativa que debe recordarse para respetar al resto de conductores. Conviene no olvidar adecuar la conducción a estas vías especiales.