Las carreteras inteligentes son el futuro de la automoción. El coche autónomo ya es una realidad, si bien todavía se halla en pruebas. Por ello, se ha convertido en necesario crear vías que permitan la convivencia entre éste y el vehículo tradicional. Y, además, que lo hagan manteniendo un tráfico fluido y seguro. En eso consisten las carreteras inteligentes, que igualmente sentarán las bases para un futuro en el que los coches serán totalmente automáticos.
Estas vías se caracterizan por contar con una serie de tecnologías mayoritariamente inalámbricas, capaces de dos funciones. Por una parte, intercambiar información entre los vehículos. Y por otra, hacer lo propio entre éstos y la infraestructura. Gracias a esta última, los coches ejercerán la función de sensores de la vía. De este modo, permitirán que el tráfico sea monitorizado en tiempo real, con lo que se optimizará el flujo de vehículos.
Así mismo, se llevarán a cabo predicciones más ajustadas respecto a posibles periodos de congestión en la circulación e, incluso, en cuanto a incidencias meteorológicas.
En lo que respecta a estas vías inteligentes, hay que destacar el proyecto C-Roads. Dispone de la participación de la entidad española Autopistas y se va a desarrollar en pruebas piloto en varios países europeos.
En nuestro país se hará en cinco áreas, una de las cuales será en la m30. Se llamará Piloto Madrid y su extensión será de unos 32 kilómetros. En ellos se desplegarán sistemas inteligentes de transporte (conocidos por sus iniciales ITS). Tales sistemas de información permitirán conocer, por vía telemática y en todo momento, cualquier incidencia en el tráfico. Como ejemplos de ello, podemos citar que haya vehículos parados en zonas prohibidas o que exista una emergencia en la carretera. En este proyecto piloto participan Madrid Calle30 y Emesa.
En este sentido, si eres usuario de la vía podrás saber con tiempo la existencia de estas incidencias, así como de otras advertencias de tráfico. Gracias a ello, podrás tomar la decisión que más te convenga. Para realizar este proyecto se emplearán 120 coches, uno de ellos autónomo, que, a su vez, permitirán valorar nuevas utilidades del transporte corporativo.
Los túneles de la M30 cuentan con 99 repetidores a lo largo de su recorrido que captan la señal GPS del exterior, sin embargo, éstos no son suficientes para tener una buena precisión en los túneles. Algunos navegadores son capaces, en función de la velocidad de la entrada al túnel, de estimar la trayectoria del vehículo, pero esta información no es fiable si cambian las condiciones del tráfico en el interior del túnel.
Por ello, se está investigando la utilización de balizas dentro del túnel con coordenadas GPS preprogramadas. Para esto sería necesario que el vehículo emitiese algún tipo de señal comunicarse. En este sentido el proyecto C-Roads podría ser la solución.
En definitiva, las carreteras inteligentes, que permitirán la convivencia de coches autónomos y tradicionales, serán toda una revolución en las comunicaciones y allanarán el camino a los vehículos de transporte del futuro.