En todo el mundo se calcula que hay unos 50 millones de kilómetros de carreteras. Muchas de estas vías permanecen ancladas en el tiempo, pero otras han evolucionado a gran velocidad. ¿Los motivos? Aumentar la seguridad vial y reducir la contaminación, entre otros. Con la incorporación de la tecnología a las vías de comunicación actuales, muy pronto se convertirán en las carreteras del futuro.
La pavimentación o el trazado están en el punto de mira de las administraciones a la hora de desarrollar proyectos de innovación que mejoren las carreteras del mundo. Estas son algunas de las más innovadoras que ya existen y que suponen el anticipo de la forma de movernos en el futuro.
Las carreteras solares son aquellas con un pavimento fotovoltaico que sustituye al asfalto tradicional. Ya se han realizado diversas pruebas en países como Francia, China, Países Bajos y Estados Unidos.
A finales de 2017, China inauguró su primera carretera solar con un kilómetro de longitud. Se trata de una vía con una serie de paneles eléctricos que proporcionan energía a los vehículos eléctricos que pasan. Además, tiene una serie de sensores que envían información al conductor sobre el estado en el que se encuentra la carretera.
En todo el mundo se registran 1 350 000 fallecimientos en accidentes de tráfico, lo que equivale a 3700 muertes diarias. Con el objetivo de disminuir la siniestralidad vial, una de las carreteras inteligentes del futuro con mayores probabilidades de éxito es la luminiscente.
En 2015 se inauguró la primera autopista luminiscente en Holanda. Un tramo de carretera de 600 metros con una serie de líneas brillantes que absorben la luz durante el día y luego brillan por la noche. Las líneas fosforescentes aumentan de forma notable la seguridad y la visibilidad de las vías.
En Italia se está probando la primera carretera reciclada, que además de ser más sostenible reduce en un 20 % el ruido al paso de los vehículos. Una vez los neumáticos finalizan su vida útil se recupera el caucho, un material muy elástico, resistente y aislante. Es, por lo tanto, perfecto para sustituir el asfalto tradicional.
El proceso de producción es más responsable con el medio ambiente. Además, puede ser utilizado en el mezclador de la planta de asfalto y no genera ningún tipo de sobrecoste a nivel energético. Imprescindible en los tiempos que vivimos.
Erik Schlangen, un experto en materiales de la Universidad de Delft en Países Bajos, ha creado un tipo de asfalto conductivo e inteligente hecho a partir de fibras de acero mezcladas. Te parecerá sacado de una película de ciencia ficción, ya que tiene la capacidad de autorrepararse solo, sin necesidad de cortar el tráfico ni la intervención de operarios.
Esta característica es posible gracias a un imán que se instala bajo la superficie y que calienta el pavimento y las fibras de acero para que los baches y las roturas se arreglen simplemente con una máquina de inducción.
En un futuro no muy lejano, existirán carreteras que generen energía para colaborar en la protección del medio ambiente. En la actualidad existen algunas vías que aprovechan la energía del sol para alimentar señales de tráfico, pero dentro de unos años también podrán recargar los coches eléctricos.
En Reino Unido hay un proyecto en marcha en el que los investigadores trabajan en la tecnología de inducción magnética. Se calcula que a partir del año 2050, en España únicamente podrán circular coches eléctricos, de manera que esta es una de las vías con mejores perspectivas de futuro.
El calentamiento global no es un problema del futuro, sino del presente. La emisión de gases CO2 a la atmósfera no para de crecer, así que en 2015 se instalaron en Valencia unas baldosas anticontaminación que limpian el 72 % del monóxido de carbono.
Se trata de una tecnología de alto rendimiento que se ha utilizado para fabricar estas baldosas, y que además absorbe la contaminación de la atmósfera al contacto de la luz.
Por increíble que te parezca, una de las carreteras que tendrá más éxito en el futuro es la musical. Es más, en Japón ya existen unas 30 autopistas de este tipo en ciudades como Gunman, Hiroshima o Hokkaido.
Se consigue a través de una serie de dispositivos de resonancia que se instalan por la superficie de la vía. Cuando los vehículos circulan sobre ella, generan notas tanto bajas como altas, dando lugar así a melodías musicales.
En resumen, las carreteras del futuro prometen revolucionar la manera en que nos desplazamos, haciendo nuestros viajes más seguros, eficientes y sostenibles. Gracias a innovaciones como los materiales inteligentes, la tecnología de vehículos autónomos y la integración de energías renovables, el transporte será más respetuoso con el medio ambiente. Además, estas carreteras avanzadas facilitarán una mejor gestión del tráfico y reducirán significativamente los accidentes. Con estos desarrollos, estamos encaminados hacia un futuro donde la infraestructura vial no solo soporte el tránsito, sino que también mejore la calidad de vida de las personas.