La iluminación de tu vehículo es uno de los sistemas de seguridad más importantes que se deben revisar y mantener en buen estado. Saber cuándo se deben cambiar las luces del coche es muy importante, ya que te permiten ver y ser visto en situaciones de poca visibilidad (de noche, en túneles, con condiciones meteorológicas adversas…).
Es frecuente que las luces se deterioren con el tiempo. Saber detectar los fallos a tiempo puede evitarte accidentes muy graves. Además, debes saber que el funcionamiento incorrecto de alguno de los faros puede conllevar sanciones económicas de hasta 200 euros.
Seguir las siguientes recomendaciones no solo evitará sanciones económicas, sino también accidentes y riesgos a los demás usuarios de la carretera.
Cuando disminuye la visibilidad, el tiempo de reacción se distorsiona, por lo que aumentan las posibilidades de sufrir un accidente. Por lo que es sumamente importante que el sistema de iluminación de tu vehículo funcione correctamente en esos momentos, tanto para ver como para ser visto.
Según la DGT, es conveniente cambiar todas las luces del coche cada dos años o cada 40.000 km recorridos, si se suelen realizan desplazamientos largos. Es la mejor manera de asegurarte de que funcionen bien y, además, de prolongar la vida de tu vehículo.
No es lo correcto cambiar solo un faro, sino todo el sistema a la vez. Si observas que una de las luces se ha debilitado, tendrás que cambiar todas por igual. Esto se debe a que si solo cambias una luz, las demás irán fallando antes que la nueva. Así puedes evitar llevar una iluminación desigual y que haya faros que iluminen más que otros. Por lo que sustituir las bombillas del coche a la par evitará el efecto de asimetría.
Por otra parte, el funcionamiento desigual de los faros hace que, como conductor, tengas que forzar la vista. Eso aumenta las posibilidades de problemas de visión, de vista cansada y de fatiga, lo que puede ser causa de accidente.
Limpiar periódicamente los faros es tan importante como limpiar el parabrisas o los espejos. Llevar unos faros sucios o con una gruesa capa de polvo puede empeorar la eficacia de los faros y hará que se reduzca la visibilidad en la carretera.
Las recomendaciones que te hemos dado son unas sencillas orientaciones para saber cuándo deberías cambiar las luces del coche. Algo tan sencillo como hacerlo cada 2 años o 400 000 km, cambiarlas todas a la vez y mantenerlas limpias es muy importante para tu propia seguridad y para la seguridad vial.