En Emesa nos encargamos del mantenimiento, conservación y explotación de la M-30 por la que circulan anualmente 440 millones de vehículos. Hasta aquí suponemos que no os estamos contando ninguna novedad. Sin embargo, la pregunta que nos hacéis a menudo es cómo llevamos a la práctica el obligado cumplimiento de los 431 indicadores de calidad y disponibilidad del servicio de la principal vía de circunvalación madrileña.
La puesta a punto de una de las mayores y más complejas infraestructuras viarias urbanas del mundo es una responsabilidad mayúscula que requiere de frecuentes labores de mantenimiento a lo largo de sus 32 kilómetros y 485 estructuras que la componen.
A finales de cada año y de acuerdo con Madrid Calle 30 planificamos todas las tareas de conservación y mantenimiento preventivo para que los usuarios disfruten de la infraestructura y sus espacios relacionados en perfecto estado, según los estándares de calidad exigidos a esta vía. Hablamos de “planes vivos”, es decir, son revisados y actualizados constantemente para adaptarse año tras año a la realidad del momento.
Las inspecciones son una pieza clave en el mantenimiento de las estructuras, ya que permiten conocer cuál es el nivel de sus prestaciones. Para ello, nos servimos de cuatro niveles de inspección para valorar los desperfectos en cada una de ellas:
Gracias al exhaustivo inventario del que Emesa dispone, se conocen perfectamente las características de cada elemento, como su fecha de instalación o de construcción. Cuando alguna instalación llega al final de su vida útil – o cuando los índices de calidad sobrepasan los límites establecidos –, se ponen en marcha los proyectos para la pertinente renovación o de rehabilitación que garantiza su mejora.
Nuestro equipo humano, compuesto por 300 profesionales es, sin lugar a duda, el principal valor a la hora de hacer frente a estos trabajos de mantenimiento. Su entrega en las citadas inspecciones permite ir reparando de manera inmediata los desperfectos de todos los elementos que componen la infraestructura, cualquiera que sea su naturaleza: accidentes de tráfico, condiciones climatológicas, vandalismo, etc.